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SANTO DOMINGO.- El escándalo provocado por la venta irregular de una turbina por oficiales de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) se ha complicado, al detectarse que también fueron negociados varios generadores de aviones A-37, así como trenes delanteros y otros piezas de aparatos decomisados a narcotraficantes.

La situación se agrava más al ser detectado que dos coroneles están involucrados en la entrega del “libro de récord’ de la turbina de una las citadas aeronaves, la cual fue vendida irregularmente a la Fuerza Aérea de Colombia, cuando se creía que supuestamente era reparada en Estados Unidos.

“Es un acto de alta traición lo que se ha cometido, porque fue sacada información clasificada para otro país. Es insólito lo que ha ocurrido, pero hemos cumplido con el deber de informar la situación y hemos hecho la recomendación de lugar”, se dijo.

Uno de los oficiales que encabezaron las pesquisas dijo que varios oficiales, alistados y asimilados fueron despedidos de la FAD, citando entre ellos a los coroneles Luis Benito Peralta Vásquez, jefe de mantenimiento de la FAD, y Edito Méndez Casasnova, entre otros miembros de la institución.

Los generadores para aviones A-37, valorados en US$25 mil cada uno, fueron vendidos al Wigs of Eagle Museum, ubicado en Pennsilvania, Estados Unidos, a donde viajaron los oficiales de las FF.AA. para interrogar a los responsables del mismo.

Los compradores de los generadores, se dijo a EL DÍA, fueron Tom Latteran y Nicholas Pontler, quienes se presentaron al aeropuerto de para comprar un “avión Cessna viejo, pero allí les fue comunicado, por un asimilado de la FAD, que en la Base Aérea de San Isidro tendrían otras opciones.

En efecto, acudieron a la FAD -durante la gestión de Virgilio Sierra Pérez- y allí les fueron facilitadas las piezas requeridas, de acuerdo al expediente remitido por las FF.AA. al Depreco, donde desde hace dos días es preparado el expediente para someter a los responsables del hecho.

Un informe pormenorizado rendido al secretario de las FF.AA., almirante Sigfrido Pared Pérez, revela que varios oficiales habrían obstaculizado el desarrollo de las investigaciones, lo que crispó los ánimos entre los generales encargados de las pesquisas, a partir de que al margen de las turbinas se detectó que las anomalías incluían los generadores y otros piezas valiosas, incluso de aviones confiscados a narcotraficantes.