Teresa está ansiosa porque se reinicien las clases para poder usar las pizarras digitales que han sido instaladas en su escuela, en Cristo Rey; no tan lejos, en Los Alcarrizos, Aurora se acomoda debajo de la mata donde recibirá docencia.
Es precisamente por ese contraste de realidades por el que el anuncio de la Secretaría de Educación de que dotará de 500 pizarras digitales a las escuelas de la capital y las provincias ha generado una serie de cuestionamientos en torno a la necesidad de enfocar el trabajo en las prioridades del sistema educativo nacional.
“No se trata de oposición a los avances tecnológicos y de que hay un marcado interés por criticarlo todo, lo que se critica es el hecho de que un programa tan bueno se mezcle con las grandes deficiencias educativas por las que atraviesa al país, lo primero es reparar la casa y luego comprar los muebles caros”, expresa el sociólogo Ramón Marte.
Mientras, las autoridades alegan que se trata de avanzar poco a poco y que lo que realmente cuenta a la hora de la inserción en el mercado laboral es la preparación académica que logre el estudiante y no las condiciones del centro en que se estudió.
“La Secretaría no va a hacer inversiones en escuelas o centros educativos que no manifiesten un compromiso pleno para el aprovechamiento y cuidado de esas donaciones”, advirtió Cristian Matías, director del Departamento de Informática Educativa de la cartera.
El profesor de informática y encargado de las pizarras digitales de la escuela Benito Juárez, en Cristo Rey, Eddy Chávez, afirma que la iniciativa ha dado resultados excelentes y ha logrado despertar el interés de los alumnos.
“El programa marcha bien, los muchachos adquieren conocimiento con ese plan y muestran más interés, ahora hace falta Internet en los laboratorios, pero hay planta eléctrica, inversores y mobiliario suficiente”, asegura.
Los equipos fueron donados por México en octubre del año pasado, e incluyen el programa ciclomedia, libros virtuales de los que se toman los materiales didácticos.
Si bien a los estudiantes y profesores de ese plantel muestran satisfacción por el donativo, ese panorama no parece alentar mucho a docentes de otros lugares, que aunque anhelan que también les llegue la tecnología, por ahora se conformarían con que se mejoren las precarias condiciones en que imparten enseñanza.
“Pienso que se debe partir de necesidades prioritarias, no es que esté mal lo de las aulas virtuales, pero hay necesidades que deben corregirse, problemas de baños, de infraestructuras, hay escuelas que tienen problemas de falta de personal, mobiliario, no es que no es necesario, pero no es prioritario, se puede seguir mejorando el desayuno, se pueden hacer bibliotecas, debe haber un personal capacitado; en nuestro caso tenemos computadoras pero no hay quien las maneje, se debe invertir más en el recurso humano, buscar personas capaces por cada área”, manifiesta Ana Romero, profesora de la escuela Félix María del Monte, en el municipio de Los Alcarrizos.
Es precisamente por ese contraste de realidades por el que el anuncio de la Secretaría de Educación de que dotará de 500 pizarras digitales a las escuelas de la capital y las provincias ha generado una serie de cuestionamientos en torno a la necesidad de enfocar el trabajo en las prioridades del sistema educativo nacional.
“No se trata de oposición a los avances tecnológicos y de que hay un marcado interés por criticarlo todo, lo que se critica es el hecho de que un programa tan bueno se mezcle con las grandes deficiencias educativas por las que atraviesa al país, lo primero es reparar la casa y luego comprar los muebles caros”, expresa el sociólogo Ramón Marte.
Mientras, las autoridades alegan que se trata de avanzar poco a poco y que lo que realmente cuenta a la hora de la inserción en el mercado laboral es la preparación académica que logre el estudiante y no las condiciones del centro en que se estudió.
“La Secretaría no va a hacer inversiones en escuelas o centros educativos que no manifiesten un compromiso pleno para el aprovechamiento y cuidado de esas donaciones”, advirtió Cristian Matías, director del Departamento de Informática Educativa de la cartera.
El profesor de informática y encargado de las pizarras digitales de la escuela Benito Juárez, en Cristo Rey, Eddy Chávez, afirma que la iniciativa ha dado resultados excelentes y ha logrado despertar el interés de los alumnos.
“El programa marcha bien, los muchachos adquieren conocimiento con ese plan y muestran más interés, ahora hace falta Internet en los laboratorios, pero hay planta eléctrica, inversores y mobiliario suficiente”, asegura.
Los equipos fueron donados por México en octubre del año pasado, e incluyen el programa ciclomedia, libros virtuales de los que se toman los materiales didácticos.
Si bien a los estudiantes y profesores de ese plantel muestran satisfacción por el donativo, ese panorama no parece alentar mucho a docentes de otros lugares, que aunque anhelan que también les llegue la tecnología, por ahora se conformarían con que se mejoren las precarias condiciones en que imparten enseñanza.
“Pienso que se debe partir de necesidades prioritarias, no es que esté mal lo de las aulas virtuales, pero hay necesidades que deben corregirse, problemas de baños, de infraestructuras, hay escuelas que tienen problemas de falta de personal, mobiliario, no es que no es necesario, pero no es prioritario, se puede seguir mejorando el desayuno, se pueden hacer bibliotecas, debe haber un personal capacitado; en nuestro caso tenemos computadoras pero no hay quien las maneje, se debe invertir más en el recurso humano, buscar personas capaces por cada área”, manifiesta Ana Romero, profesora de la escuela Félix María del Monte, en el municipio de Los Alcarrizos.
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