SANTO DOMINGO.- Con las miradas puestas en la necesidad de que hay que impulsar acciones que permitan el acceso de la población a las nuevas tecnologías como base fundamental para el desarrollo social y económico de la región, fue clausurada anoche la XXXVI Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Empero y aunque el debate diplomático entre Perú y Venezuela, por un momento, centró la atención de los delegados, la actividad terminó sin mucha novedad y las resoluciones se enfocaron en temas comunes para las naciones miembros de la OEA.
La Declaración de Santo Domingo, que es el documento principal de la actividad, asume, entre otras cosas, la Sociedad del Conocimiento como aquella en las que las herramientas que proveen las tecnologías de la información y de la comunicación deben ser utilizadas para afianzar la democracia, combatir la pobreza, multiplicar los empleos, así como adiestrar y profesionalizar los recursos humanos, para hacer la región competitiva.
La gran ausente en el evento fue la nación cubana y luego de concluir el mismo, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abogó porque se rompa el hielo para que Cuba se reincorpore a la organización, pero aclaró que es una decisión que debe tomarse con la participación de todos los países miembros.
Luego de concluir el evento, el canciller Carlos Morales Troncoso, quien fungió como presidente de la Asamblea, resaltó que en la declaración de Santo Domingo se evidencia un marco apropiado para el logro de la aspiración común de construir una sociedad del conocimiento.
Asimismo, dijo que la sociedad del conocimiento es un camino que se debe recorrer juntos para obtener mayores logros.
Mientras que Insulza manifestó que la organización del evento, bajo el tema Gobernabilidad y Desarrollo en la Sociedad del Conocimiento, superó todas sus expectativas y destacó que se trató de una asamblea concurrida y al mismo tiempo interesante, lo cual dijo no ocurre mucho en ese tipo de actividad internacional.
Los delegados discutieron la necesidad de incrementar las acciones de las naciones miembros de la OEA para enfrentar y erradicar la explotación sexual y comercial de los menores de edad, así como las migraciones ilegales y el crimen internacional.
Insulza destacó el hecho de que las 18 resoluciones contenidas en la Declaración de Santo Domingo fueron aprobadas mediante aclamación, lo cual es una muestra de unidad entre las naciones, aunque algunos países registraron algunas opiniones interpretativas, como es el caso de la explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes.
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