El presidente de la televisión pública italiana RAI, Claudio Petruccioli, ha definido hoy como un "feo episodio" el tenso programa en el que este domingo se enfrentaron la periodista Lucia Annunziata y el primer ministro, Silvio Berlusconi, quien terminó por abandonar el plató.
El suceso ocurrió durante la grabación del espacio In mezz'ora de la RAI-3, canal tradicionalmente vinculado a la izquierda, cuando al término de un áspero diálogo lleno de interrupciones y acusaciones cruzadas Berlusconi se levantó y dejó plantada a la reportera. "Berlusconi empezó de manera provocativa, catalogó políticamente a la periodista y atacó de manera inaceptable a la RAI-3. La periodista lo siguió a ese terreno, pero podía no hacerlo; mejor dicho (...) debía no hacerlo", dijo Petruccioli en la emisora Radio24.
El desplante de Berlusconi, que se enmarca en una caldeada campaña electoral para las generales del 9 y 10 de abril, ocupa hoy las portadas de toda la prensa italiana y ha provocado un aluvión de críticas tanto de la mayoría como de la oposición de centroizquierda.
Lucia Annunziata fue presidenta de la RAI entre marzo de 2003 y mayo de 2004, cuando presentó su dimisión tras denunciar que la mayoría conservadora en el Gobierno se había hecho con "el control pleno" de la televisión para usarla en beneficio propio.
Control de la televisión
Fue precisamente la cuestión del control televisivo la que suscitó un duro cruce de acusaciones entre Annunziata y Berlusconi en la entrevista de ayer, en la que, entre otros asuntos, la primera cuestionó los elevados ingresos por publicidad que obtienen las cadenas privadas propiedad del primer ministro.
También planteó el posible conflicto de intereses de Il Cavaliere por su condición de empresario y jefe del Gobierno, antes de referirse al estancamiento económico por el que atraviesa Italia.
Berlusconi, por su parte, acusó a la periodista de ser "de izquierdas", de "estar siendo violenta con él" y no dejarle hablar, hasta que en un momento dado se levantó y abandonó los estudios.
Para el presidente de la RAI, la periodista debería haber moderado el tono para "concluir la transmisión", aunque aseguró que no va a haber sanciones "porque el servicio público no juzga, el comportamiento de quienes salen a antena lo juzgan los telespectadores".
"Vi mucha agresividad, mucha intolerancia recíproca; fue un episodio muy feo. La RAI debe procurar que episodios de este tipo, que perjudican a todos, no se repitan", agregó.
El suceso ocurrió durante la grabación del espacio In mezz'ora de la RAI-3, canal tradicionalmente vinculado a la izquierda, cuando al término de un áspero diálogo lleno de interrupciones y acusaciones cruzadas Berlusconi se levantó y dejó plantada a la reportera. "Berlusconi empezó de manera provocativa, catalogó políticamente a la periodista y atacó de manera inaceptable a la RAI-3. La periodista lo siguió a ese terreno, pero podía no hacerlo; mejor dicho (...) debía no hacerlo", dijo Petruccioli en la emisora Radio24.
El desplante de Berlusconi, que se enmarca en una caldeada campaña electoral para las generales del 9 y 10 de abril, ocupa hoy las portadas de toda la prensa italiana y ha provocado un aluvión de críticas tanto de la mayoría como de la oposición de centroizquierda.
Lucia Annunziata fue presidenta de la RAI entre marzo de 2003 y mayo de 2004, cuando presentó su dimisión tras denunciar que la mayoría conservadora en el Gobierno se había hecho con "el control pleno" de la televisión para usarla en beneficio propio.
Control de la televisión
Fue precisamente la cuestión del control televisivo la que suscitó un duro cruce de acusaciones entre Annunziata y Berlusconi en la entrevista de ayer, en la que, entre otros asuntos, la primera cuestionó los elevados ingresos por publicidad que obtienen las cadenas privadas propiedad del primer ministro.
También planteó el posible conflicto de intereses de Il Cavaliere por su condición de empresario y jefe del Gobierno, antes de referirse al estancamiento económico por el que atraviesa Italia.
Berlusconi, por su parte, acusó a la periodista de ser "de izquierdas", de "estar siendo violenta con él" y no dejarle hablar, hasta que en un momento dado se levantó y abandonó los estudios.
Para el presidente de la RAI, la periodista debería haber moderado el tono para "concluir la transmisión", aunque aseguró que no va a haber sanciones "porque el servicio público no juzga, el comportamiento de quienes salen a antena lo juzgan los telespectadores".
"Vi mucha agresividad, mucha intolerancia recíproca; fue un episodio muy feo. La RAI debe procurar que episodios de este tipo, que perjudican a todos, no se repitan", agregó.
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