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Los usuarios regulados del servicio eléctrico están a expensa de que en cualquier momento una brigada de la distribuidora que le suministra el servicio pase, se lleve su medidor y el cliente sea citado para investigación, muchas veces, por simple sospecha de fraude.

Y es que el proceso de levantamiento de los contadores, calificado como “tedioso” por algunas de las personas que han pasado por esa experiencia, se realiza de manera continua por la alta incendencia de fraude que se reporta por esta vía.

Según cifras suministradas por las empresas prestadoras del servicio eléctrico, de cada 100 medidores que son enviados a los laboratorios, el 20.5% (Edesur), y el 46% (EDEEste) han sido alterados por los clientes o terceros.

Durante el pasado mes de septiembre la distribuidora EDEEste levantó 730 actas e igual número de medidores, en el caso de Edesur se recuperaron 5,080.

Durante los primeros nueve meses de este año la distribuidora EDEEste realizó 4,079 actas e igual cantidad de contadores, mientras que Edesur levantó 25,404 medidores en el mismo período.

Lorenzo Ventura, director comercial de Edesur, y Pedro Rosario, gerente de Gestión de Energía de EDEEste, coinciden en que los mecanismos utilizados para alterar un medidor superan los cien, pero los más frecuentes son: el pinche en la bobina que registra el consumo, limación de piñones, baquelita yompeada y el retroceso de las agujas.

Para determinar a qué cliente le toca el chequeo, la empresa, a lo interno, agota una serie de pasos. Tanto Edesur como EDEEste realizan los trabajos de manera aleatoria, así como por sospecha y por vía de operativos o “barridas”. La última es el más común.

Un cliente es sospechoso cuando tiene un consumo histórico constante y de repente lo reduce sin justificación.

La Ley 125 establece que la empresa de distribución debe avisar con una semana de anticipación, el cambio de contador si es por zonas o barrios. En todos los casos, debe comunicarlo al usuario en el momento de realizar el movimiento.

El primer paso para levantar el medidor se ejecuta cuando el técnico lo despega de su lugar y chequea visualmente el sello externo de seguridad y las pestañas (goma que adjunta el aparato).

El hecho de que éstos estén intactos no determina que el contador no haya sido violado, por lo que es permisible que se traslade al laboratorio para un análisis profundo.

Antes, se levanta un acta en presencia del propietario, ya que éste debe firmarla y quedarse con una copia que luego presentará cuando acuda a su cita, 24 horas después del levantamiento.

En caso de que el cliente no vaya a la citación, el inspector de la empresa, junto a los representantes de la Oficina de Protección al Consumidor (Protecom) y la Procuraduría General, ejecutan la verificación y los resultados se transfieren a la Superintendencia de Electricidad para que ésta responda al usuario.

“El hecho de que a un cliente se le desmonte el medidor para chequearlo no implica que éste haya incurrido en fraude, porque el contador es un aparato electrónico que está expuesto a sufrir desperfecto”, afirma Ventura.

Proceso. El mecanismo para trasladar el contador hasta la distribuidora es “muy riguroso” y el usuario debe estar presente en todo momento.

El técnico introduce el aparato en una funda o caja y le coloca un sello de seguridad que contiene el numeral de medidor y datos personales del cliente. En su lugar le dejan un aparato provisional.

La investigación para verificar si hay fraude o no se realiza en presencia del usuario, de un representante de la Procuraduría General de la República y de Protecom, un inspecto y el técnico, que procede a destapar el empaque que contiene el “cuerpo del delito”.

Cuando el medidor llega al laboratorio, un técnico especializado lo chequea de manera visual, pero luego se coloca en una máquina calibradora que determina si hubo o no manipulación del aparato.

Si los resultados son negativos, el usuario recibe un acta de descargo firmada por Protecom y la Procuraduría. Pero si ocurre lo contrario, el cliente debe responder a las penalizaciones que contempla la Ley General de Electricidad.

Las multas se cargan tomando como referencia el consumo de los últimos 5 meses. Cabe destacar que la persona que lee el contador no está autorizada a desmontar ni verificar el medidor.

Según la ley, el cliente tiene derecho a solicitar la revisión de su contador tres veces al año sin costo adicional, las demás corren por su cuenta.

Vida útil de un medidor. Dependiendo el origen de fabricación, el medidor tiene una durabilidad de entre 25 y 30 años en perfecto funcionamiento.

El contador es un equipo eléctrico que puede ser afectado por varios motivos: instalación incorrecta, un golpe y hasta los efectos de un rayo.

El precio que paga la empresa distribuidora por cada medidor oscila los US$30 y US$110. Las prestadoras de servicios Edenorte y EDEEste informaron, por separado, que están trabajando en la sustitución de los medidores electromecánicos por los electrónicos, ya que son más resistentes y pueden durar de 6 a 8 horas encendidos cuando no haya luz, no para registrar consumo, sino para facilitar la lectura.

Según las cifras aportadas por Edesur el número de fraude por vía del contador ha bajado de manera considerable, ya que al cierre de 2006, el 40% de los aparatos revisados tenían alteraciones.

En el caso de EDEEste los esfuerzos para controlar este problema están en vigilancia constante, porque la tendencia al fraude a través de los medidores cada vez es mayor.

Miguel Carmona
"Me revisaron el contador sin estar en casa”

“Hace aproximadamente 15 días que los inspectores de Edesur desmontaron el medidor de mi casa sin que yo estuviera presente. Me dejaron el acta de revisión con el servicio doméstico, que no tiene la menor idea de ese proceso. El medidor, por suerte, no tenía evidencia de fraude, pero creo que debieron esperarme o avisarme que venían. Esperaré lo que pasará con la factura”.

“Los técnicos de la distribuidora vinieron, por suerte yo estaba en la casa. Ellos me dijeron que iban a revisar el contador y querían que estuviera presente. Luego lo colocaron en su lugar y me entregaron un acta que avalaba que todo estaba bien. Nunca me dijeron por qué hicieron la revisión, pero después de eso la factura me llegó más cara, lo sé pues le doy buen seguimiento a mi consumo”.

“En dos ocasiones los empleados de la distribuidora vinieron a mi casa, en la primera, me cambiaron el medidor sin decirme el motivo. Pero no pasó una semana cuando volvieron a cambiar el aparato, pero yo los enfrenté y le dije que no me iban a tocar ese contador si no tenían una justificación por escrito de la empresa. Ellos llamaron a su superior, recogieron y se fueron”.

“Siempre he sido cuidadoso con mi factura y de lo que consumo, por eso, cuando recibí la visita de un supervisor de la distribuidora le pregunté cuál era el motivo de la revisión y me dijeron que era un chequeo rutinario. No sé qué encontraron, pero me levantaron un acta y me dijeron que tenía un plazo de 24 horas para pasar por la oficina, agoté el proceso y al final todo estaba bien”.