 Una veintena de personas participaron, con la ayuda de dos grúas de gran tonelaje, en el operativo de rescate de la ballena que llegó el pasado viernes muerta al Puerto de Barcelona arrastrada por una embarcación procedente de Baleares. Los trabajos, en los que han colaborado miembros del Centro para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM), submarinistas de Instalsub y personal del departamento de Medio Ambiente y de Ecolmare, empresa encargada de la lucha contra la polución en el Puerto, se prolongaron durante varias horas debido a las dificultades de maniobra para sacar del agua a este inmenso cetáceo, que mide unos 18 metros de largo y pesa unas 20 toneladas. Hasta la zona en la que se encontraba la ballena, fijada con cuerdas al dique, se desplazó también un camión de transporte especial, para el traslado del animal hasta un vertedero una vez que sea rescatado de las aguas portuarias, según informaron fuentes del Puerto de Barcelona. A pesar de que el cetáceo, una hembra de rorcual común, llegó hace cuatro días a las aguas de la capital catalana enganchado a un barco procedente de Palma, la operación se aplazó hasta ayer debido a su complejidad. Durante todo el puente fueron muchos los curiosos que se acercaron hasta el Puerto de Barcelona para ver a la ballena muerta, incluso las populares 'golondrinas', como se denomina en la zona a las embarcaciones que realizan paseos turísticos, hicieron escala en el lugar. En Barcelona el operativo de rescate se llevó a cabo con la ayuda de dos grúas móviles de gran tonelaje, una con capacidad para 30 toneladas, y la otra capaz de soportar un peso de entre 15 y 20 toneladas, comentaron las mismas fuentes. |
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