El Registrador de Títulos de este Departamento Judicial desconoce el destino de una buena parte de los libros donde están inscritos los documentos de los terrenos de Bahía de las Águilas, los cuales están en litis entre el Estado y un grupo de adquirientes, terrenos ubicados en una deslindada porción del Parque Nacional Jaragua.
De lo único que está seguro Emilio Reyes Novas es que los documentos manejados por él están en el Tribunal Superior de Tierras o en manos del Juez de Jurisdicción Original, en Santo Domingo, pero se niega a emitir opinión sobre la legalidad o no de los certificados emitidos a favor de beneficiarios de los terrenos.
“Nosotros no tenemos dominio de dónde descansan los libros. Sí nosotros sabemos dónde están los que enviamos, los cuales por obligación deben estar en el Tribunal Superior de Tierras”, dijo. Los libros fueron sacados de esa oficina durante la gestión de Abel Rodríguez del Orbe en la Procuraduría General de la República.
“Nosotros recibimos todo, porque no podemos negarnos, pero de inmediato se remite al Tribunal Superior de Tierras, que es el que tendrá la última palabra sobre este expediente, no el Registro de Títulos. Recibimos todo, porque no podemos negarnos”, declaró el funcionario consultado por EL DÍA en su despacho.
A pesar de que desconoce el destino de la importante documentación, Reyes Novas no puede solicitar la devolución de los mismos, porque "hay una instancia superior a mí que debe hacerlo". Y agregó que quien debe hacerlo es el procurador Roidolfo Espiñeira, quien se desempeña como interino en el cargo.
El pleito es por la Parcela 215-A, en la que hay unos 60 millones de metros, ubicada una gran parte frente a la playa. “Es una parcela tan grande como la 936 del Distrito Catastral Tres (DC-3) del municipio de Enriquillo. Son parcelas que tienen una inmensidad de metros que si los calculamos en tareas son muchos miles”, dijo.
Insistió en que “lo que el Tribunal de Tierras decida es lo que se tiene que acatar, en virtud de lo que establece la ley”, aunque podría ser la Suprema Corte de Justicia “la que tenga la última palabra, en virtud de los recursos de casación que se eleven”. La SCJ tiene pendiente cinco recursos de casación sobre Bahía de las Águilas.
Las sentencias atacadas son del Tribunal Superior de Tierras y del Tribunal de Jurisdicción Original, pero en el fondo “el que tiene que decidir es el Tribunal de Tierras, porque es el único que tiene competencia atributiva y facultativa para decidir sobre litis de terrenos registrados”. Esos terrenos están debidamente saneados.
“Tienen su Decreto de Registro, que es lo importante, pero nosotros no podemos determinar si son legales o no”, agregó. Los 1,317 títulos que están en litis de lo único que tiene certeza el Registrador es de que tienen sus Cartas Constancia, pero desconoce si están asentados en el Libro de Registro distraído.
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