SANTO DOMINGO.- Drásticas medidas habían sido tomadas recientemente en diferentes sectores de la aviación en el país antes del asesinato del principal responsable de las mismas, Ángel Christopher Martínez, encargado del Departamento de Aeronavegabilidad, según comunicados que precedieron su muerte.
Entre las medidas adoptadas, un comunicado indica que se suspendieron y posteriormente se cancelaron varios certificados de explotación, así como algunos vuelos de varias aeronaves de diferentes operadores aéreos. También se da cuenta de que de sus programas de entrenamiento ha habido hasta un 60% de los tripulantes suspendidos.
El comunicado en cuestión da a conocer, en términos generales, algunas de las fuertes decisiones que había tomado el Departamento de Aeronavegabilidad, que dirigía Martínez y que lo convertían en una pieza clave en el desarrollo de la aviación civil y las operaciones aéreas en el país.
Otro comunicado también publicado en el periódico “Hoy” como espacio pagado por la Asociación Nacional de Pilotos, el mismo día del asesinato, indica que entre las fallas que se detectaron en el conjunto de violaciones figura una muy típica y con la que retrataron de cuerpo entero a quienes operaban al margen de la ley: en los libros de vuelo nunca aparecían escritos los reportes de fallos, por lo que los aviones dominicanos “pasaban a ser los mejores del mundo, porque aparentemente nunca se dañaban”.
“Es lamentable –dice este comunicado- que en la actualidad aún prime ese concepto en algunos ejecutivos, que les prohíben a sus pilotos reportar las fallas técnicas en sus diarios de vuelo, para así evadir los controles de Aeronáutica Civil, acción que por suerte empieza a ser de poca efectividad”.
En el párrafo 7 del mismo comunicado aparece otro indicativo de que algo estaba pasando en el sector aéreo. El mismo dice: “Uno de los mayores errores que se pueden cometer en este proceso de parte de un técnico o de cualquier otra persona ligada a la aviación es procurar solucionar los problemas de la aeronáutica con medidas radicales extremas, como podrían ser el cierre de compañías aéreas, como sucedió en 1993, fecha en la cual cerraron 14 líneas aéreas de carga a la vez y 80 pilotos perdieron su trabajo. Esta posición es equivocada, porque si esa medida fuera el remedio hace más de 10 años que estuviéramos fuera de la categoría 2”.
Martínez, de 58 años, a quien se le consideraba un hombre serio, ocupaba el cargo desde el inicio de este gobierno. Trabajó antes en Dominicana de Aviación, Aerotur, Aeromar e hizo especialidad en mecánica de aviación en los Estados Unidos. Se supo que Martínez se sentía amenazado después de las medidas tomadas por su departamento sobre irregularidades, especialmente en el aeropuerto El Higüero.
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