SANTO DOMINGO.- La Conferencia del Episcopado Dominicano atribuyó ayer el incremento de la violencia y la delincuencia al desorden existente en los diferentes sectores de la sociedad, principalmente en el plano político, familiar, económico y cultural, lo cual, dijo, se registra a nivel nacional e internacional y que se complica con el tráfico y consumo de drogas.
En ese sentido, consideró que las autoridades deben ir a la raíz de donde brota la violencia para buscar soluciones eficaces y al mismo tiempo señaló que la disminución de ese fenómeno está vinculado a un urgente reordenamiento del mundo actual y en el interior de las naciones, lo cual se logra con un proceso rápido de conversión de todos.
Asimismo, al concluir su Cuadragésima Cuarta Asamblea Plenaria, la Conferencia del Episcopado también atribuyó la delincuencia al desorden ideológico y ético, mental y de comportamiento, lo cual "provoca rechazo, desesperanza y frustración y ambos fenómenos llevan a multitud de seres humanos a la violencia".
De igual forma la iglesia Católica manifestó que el delito y la violencia no pueden quedar sin su correspondiente castigo, para lo cual se hace necesario una mayor responsabilidad, eficiencia y profesionalización de la Policía Nacional.
El primer punto del mensaje dirigido a la población, el cual está encabezado por Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y 18 obispos, señalan que hace 10 años advirtieron sobre el incremento de la violencia y el uso de armas de fuego, lo cual atentaban contra el derecho a la vida y a la seguridad.
Otra inquietud expresada por los jerarcas católicos es el hecho "inconcebible" de que para robar un celular los delincuentes asesinen a sus propietarios y al mismo tiempo rechaza el aborto como otra manifestación de violencia contra la vida.
Las nuevas autoridades
Al referirse a las nuevas autoridades congresuales y municipales que asumirán funciones a partir del 16 de agosto próximo, la Conferencia del Episcopado abogó porque la concentración de los poderes Ejecutivo y Legislativo en un mismo partido sirva para el bien común del país.
Aclaró que la finalidad de los elegidos no debe ser el poder por el poder, sino que entre el Congreso y el Poder Ejecutivo impulsen acciones que creen las condiciones sociales en beneficio de la mayoría.
Asimismo, los obispos manifestaron su inquietud por el hecho de que a pesar de los esfuerzos y de las promesas, la población sigue bajo la penumbra de los apagones. También abogaron porque las autoridades inviertan más recursos en la educación, cuya deficiencia sigue siendo uno de los grandes problemas del país.
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